Aire puro, vida sana…

Qué tal? ¿Cómo les va? Les cuento que hace seis años dejé de fumar y confieso sentirme divina; mi vecino a cada rato me invita a tomarme un café y fumar un cigarro, por supuesto, con placer le acepto el aromático líquido pero no el “Popular”, al cual no extraño ni un tantico.

Mi amiga Marcela desde hace varios días celebra en la red su primer año sin fumar, mientras el colega Gilberto no desaprovecha espacio para presumir de sus casi diez; pero cuando algunos festejan por haberse desprendido de ese nocivo vicio, otros se inician en el hábito.

Resulta alarmante ver cómo se incrementa en los adolescentes y jóvenes, quienes consideran que lo hacen para “lucir más atractivos”, “ligar novias”, “estar a la moda”, “ser aceptados en el grupo”…

Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Fumar y en esta oportunidad la campaña puso énfasis en favor del derecho a respirar aire puro y a adquirir conciencia sobre la carga económica que representa para el país esta dañina práctica.

Cuando conocí de los fines me puse contenta porque a pesar de haber dejado de fumar hace más un lustro, en ocasiones continúo inhalando humo en disímiles espacios, tanto abiertos como cerrados, porque existen quienes se concentran en su vicio y obvian que no tienen ningún derecho a lacerar la salud de los demás.

Investigaciones recientes revelan que a pesar de las múltiples regulaciones existentes y las constantes campañas educativas, el 54 por ciento de las familias cubanas está expuesta al humo de tabaco ajeno, o sea, el 55 (%) de los niños, 51 de las embarazadas y 60 de los adolescentes, lo que ubica al país como uno de los de mayor prevalencia de tabaquismo pasivo en el hogar.

Si bien en Cuba existen normas jurídicas para la regulación y el control del tabaquismo, considero que todavía falta una Ley sobre la Prevención y el Control del Tabaquismo, la cual exija legalmente contra este flagelo y sancione de manera severa a quienes perturban a las demás personas, en especial a pequeños.

Y hablo de medidas ejemplarizantes porque por diversas vías conocemos de los daños, que van desde cáncer de pulmón, boca, faringe o estómago hasta las enfermedades vinculadas al sistema respiratorio, circulatorio, cardiovascular, entre otras.

Amigas y amigos, si medita sobre el tema con seguridad apelará a su voluntad para dejar de una vez y por todas de fumar, pero si decide continuar al menos respete el derecho de los no fumadores a respirar aire puro y tener una vida más sana.

Los quiero

 

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Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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