Actitudes que opacan grandes esfuerzos

Tomada de internet

π  es el símbolo que hace referencia a Pi como “constante de Arquímedes”
–matemático griego que decidió calcular el número pi–, sin embargo no hace falta una buena imaginación para completar la palabra grosera con que fui recibida el domingo primero de marzo en el Cupet El Parque, sito en la esquina de calle 39 y 30.

La cena de casa corrió a cargo de las ya habituales Noches Pineras cada último sábado del mes, por ello no me percaté de que el aceite se había agotado. Alrededor de las 11:00 a.m. me dirigí al mercado del servicentro, “mi amigo las 24 horas”, y por suerte encontré lo que buscaba. Para que la despensa no sufriera de nuevo la ausencia del indispensable producto opté por dos pomos, además de algunos sobres de naranja agria en polvo y sorbetos para los niños.

¡Y llegó el momento del dolor de cabeza! Así como Cuba avanza en el proceso de informatización, soy una de los muchos que emplean las tecnologías como facilitadoras de la agitada vida moderna, por ello me dispuse a efectuar el pago mediante la tarjeta magnética.

Fue como si de mi monedero saliera un puñal directo al pecho de la dependienta. ¿Quién me iba a decir que de los labios de aquella joven tan maquillada saldría el tajante “manda π… ” completo y sin puntos suspensivos.

Quedé perpleja. Ella salió con mi tarjeta y un muchacho que presenció la escena de terror fue quien atinó a decirme casi al oído: “No le hagas caso, es que anda estresada”. Respiré profundo, pues no está en mí permitir maltratos de semejante índole, mas, admito que aquel disparo me sorprendió sin chaleco antibalas.

La chica cero modales regresó, pasó una vez más la tarjeta en el POS y visiblemente irritada suspiró, volteó hacia el joven, le soltó un “espérate, no te vayas” y de nuevo solos él y yo. Él, avergonzado que no hallaba hacia dónde mirar. Yo, impaciente.

“Nada, no se puede. ¿Tienes otra forma de pagar?”, dijo al retornar de la segunda salida. Por suerte andaba con efectivo, pero ese no es el objetivo. Se supone que los terminales de ventas son parte de costosas inversiones que hace el país en la modernización del equipamiento, a pesar de las dificultades económicas existentes. Con mayor razón debería ser un servicio que viabilice cada gestión, ofrezca más comodidad e incentive su uso.

Urge solucionar esta situación, sin embargo lo más apremiante es la capacitación permanente del personal de contacto de los establecimientos comerciales, pues cada esfuerzo del Gobierno por hacer la vida más llevadera a los cubanos corre el riesgo de ir a pique con actitudes como la de esta dependienta, cuyo “vuelva pronto” plasmado al final del comprobante de pago quedó opacado ante el “manda π…”.

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3 Replies to “Actitudes que opacan grandes esfuerzos

  1. Eso no es solo en la Isla es Generalizado a nivel de Pais la Mala educacion y la mala Forma de tratar a los Cubanos Tanto en Tiendas como en Hoteles que no Pueden ver Asomarse un Cubano para que empiezen a Maltratarte…..

    1. Gracias por su comentario Elier Mejias. Enfrentar semejantes maltratos depende principalmente de nosotros, la población. Así haremos valer nuestros derechos y poco a poco desterraremos actitudes como la descrita en el trabajo, que van en contra de la intención del país de ser cada día mejor. Saludos.

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