Historia nueva con Fidel

El aniversario 60 de su primera visita al territorio después del triunfo de la Revolución es acicate hoy por continuar sus planes

“Por fin, Isla de Pinos puede iniciar una historia nueva y una historia enteramente cubana”, afirmaría emocionado Fidel desde el Ayuntamiento (hoy Museo Municipal) ante los pineros congregados espontáneamente ese día siete de junio de 1959 en el parque Lacret apenas supieron de su presencia.

Aquella primera visita al territorio a pocos meses del triunfo de la Revolución era no solo el rencuentro del joven líder con el pueblo aquí, adonde había llegado el día antes, casi 49 meses después de su victoriosa salida de Presidio, también simboliza la llegada al archipiélago de Los Canarreos de la Caravana de la Libertad.

Junto al recuerdo merece justa reflexión cuando se cumple el aniversario 60 de aquellas históricas jornadas que marcaban un antes y un después en la segunda ínsula del archipiélago cubano que dejaban atrás más de cuatro siglos de insegura conquista, usurpada pronto por piratas, tardía colonización, entreguismo al naciente imperio yanqui, desmedido saqueo, humillante cárcel y olvido, durante décadas de incumplidas promesas.

Lleno de fervor patriótico el pueblo expresó total respaldo al Comandante en Jefe y encontró en cada uno de los puntos por él definidos para el desarrollo de la región en su memorable discurso, respuesta efectiva por primera vez a sus acuciantes necesidades y legítimas aspiraciones.

La colosal transformación de esta región tuvo como punto de partida esa histórica visita, cuando después de dialogar con el pueblo a lo largo del recorrido y profundizar en el abandono, así como en sus potencialidades, traza un programa integral, sin precedente, para el despegue económico y social.

Así, luego de convertir latifundios de batistianos y mafiosos en granjas del pueblo, Fidel precisa como cuatro grandes posibilidades: el turismo, la ganadería, el cultivo y la industria, frentes diversificados en estas décadas.

Entre las líneas orientadas de inmediato estaban, además, la construcción de la carretera hacia el sur aislado, concluida poco después, y del sistema de aguas albañales de Nueva Gerona y La Fe, los planes ganaderos, fomentados de inmediato en los latifundios intervenidos, las rebajas del costo del pasaje por barco y avión, aplicadas con prontitud, el traslado del Presidio, convertido en politécnico agropecuario a los pocos años, y la eliminación de la Zona Franca, hecha efectiva al otro día, el ocho de junio, por Ley que puso fin al sucio estatus creado por Batista para encubrir el sombrío negocio con la mafia estadounidense.

Pero tan admirable como la profundidad de las medidas fue el estilo –que urge rescatar y generalizar hoy– con que se impulsaron las tareas, desde el dinamismo en la ejecución de los planes, apenas días después, como la llegada de los primeros 21 tractores, el seguimiento dado a las obras por el propio Fidel en recorridos que son mucho más que los 40 que difundieron los periódicos, hasta la integralidad con que se concibieron los primeros poblados como La Victoria y la agilidad en las soluciones requeridas.

Sobresale en estas seis décadas el crecimiento de la generación eléctrica en más de cien veces, su modernización y eficiencia, así como la extensión a apartados asentamientos y una cobertura de casi el ciento por ciento de la población. Pero también han sido fruto de las líneas orientadas, los avances en redes viales e hidráulicas y de la llamada industria sin humo, que ha llegado a aportar unos 30 millones de dólares anuales, al calor de un avance que se diversifica con las revoluciones hidráulica y educacional, junto a nuevos renglones como el tabaco.

En cada realización aquí prosigue el desvelo de Fidel, que es compromiso permanente de los colectivos por seguir cumpliendo sus sueños, hoy con más ahínco frente a quienes nos quieren desaparecer como nación, por eso este aniversario convoca a la reflexión en pos de impulsar su obra, la de todos, cuyo camino abrió el joven rebelde rumbo al porvenir.

Continuidad de aquel primer programa trazado por Fidel aquí son hoy los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución y el Plan de Desarrollo Integral del territorio, con los pineros en la primera línea de la economía y la defensa.

 

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Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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