Profesionales de la antropología y la arqueología de diferentes instituciones científicas nacionales tratan de estimar con la mayor exactitud posible cuándo se establecieron en nuestro suelo los primeros grupos de aborígenes.
Si bien todavía no hay una respuesta definitiva suficientemente fundamentada sobre el asunto, al menos existe un consenso acerca de las probables rutas que utilizaron aquellos primitivos habitantes para llegar a las costas del archipiélago cubano.
Una de las más aceptadas plantea que vinieron del noreste de Sudamérica en rústicos botes o canoas hasta las islas del arco de las Antillas Menores, para luego seguir hacia Puerto Rico, La Española y Cuba.
También parecen haberlo hecho desde Norteamérica a través de la Florida y Las Bahamas, del norte de Yucatán en dirección al occidente cubano, y de la región istmo-colombiana, y de América Central, en particular Honduras y Belice, hacia la zona oriental. Estos movimientos migratorios del hombre dentro de las Antillas fueron constantes y tuvieron un flujo multidireccional.
Llama la atención la semejanza existente entre determinados tipos de artefactos de piedra encontrados en algunos sitios arqueológicos ubicados en Río Canímar, provincia de Matanzas, con los hallados en el delta del río Mississippi, en Estados Unidos.
Igualmente, la tipología de ciertas herramientas de concha localizadas en el occidente de Cuba concuerda con las de objetos similares del norte de Yucatán, lo cual evidencia la posibilidad de uso de las vías de conexión mencionadas.
Como resalta a Granma el Doctor Roberto Rodríguez Suárez, reconocido arqueólogo cubano que participó en la búsqueda de los restos del Che y sus compañeros de la guerrilla boliviana, y una autoridad en el tema de este trabajo, hasta ahora el sitio arqueológico más antiguo de Cuba fechado mediante la técnica de carbono 14 es Levisa 1, en la provincia de Holguín, con no menos de 6 000 años antes del presente.
Bien de cerca le sigue el de Canímar Abajo, Matanzas, al arrojar una data de 5 590 años, aunque un fechado muy superior de más de 7 000 años, obtenido en dicho lugar en restos de carbón, se toma con cautela, advirtió.
CANÍMAR ABAJO
Descubierto de manera fortuita en 1984, Canímar Abajo constituye uno de los asentamientos precolombinos más estudiados de Cuba, al acumular más de diez años de labor investigativa multidisciplinaria consecutiva, a cargo de especialistas del Museo Montané de la Universidad de La Habana, la Dirección Provincial de Patrimonio de Matanzas, el Instituto Cubano de Antropología, la Sociedad Espeleológica de Cuba, y otras entidades nacionales y foráneas.
Según lo expresado por el Doctor Roberto Rodríguez, la aplicación en los últimos tiempos de la paleoetnobotánica permitió verificar que además de recolectar, cazar y pescar, el cultivo de varios tipos de plantas a pequeña escala fue parte de la vida cotidiana de los pobladores prehispánicos radicados en el mencionado lugar.
«En el sarro dental de algunos de los más de 200 restos humanos localizados allí con una antigüedad de alrededor de 3 000 años, descubrimos gránulos de almidón de maíz». Lo anterior sugiere la presencia del citado alimento en la dieta mucho antes de lo estimado, hallazgo que aporta nuevos elementos referidos al desenvolvimiento de esas primeras comunidades desde su arribo a la Mayor de las Antillas, aseveró el especialista.
Si bien Rodríguez no descarta que tanto aquí como en otras partes del país la presencia del hombre se remonte a tiempos aún más distantes, los fechados realizados en huesos humanos están en el orden de los 3 000 años antes del presente, tiempo inferior a lo reportado en sitios de ocupación, donde los resultados cronológicos parten del análisis de restos de carbón, conchas o cenizas.
Resulta oportuno recordar que de acuerdo con los resultados de una investigación desarrollada hace varios años por el Centro Nacional de Genética Médica, se encontraron genes ancestrales de origen amerindio en la población cubana actual.
Tan interesante aporte hecha por tierra la teoría de que el acervo genético ancestral de nuestro país había desaparecido por completo luego de siglos de mezcla intensiva y la ausencia hoy de grupos nativos americanos.
Hasta el presente en Cuba ha sido debidamente identificados más de 3 200 sitios arqueológicos, cantidad que pone de manifiesto el valor patrimonial del país para la región del Caribe en este campo.