El carnaval infantil 2018 arrancó en el Municipio con toda la vitalidad que caracteriza a sus protagonistas mas no todo fue viento en popa.
El colorido, el entusiasmo y una revisión a la historia pinera desde el prisma infantil fueron los elementos claves que se adueñaron de cada una de las comparsas defendidas por los pequeños y que hicieron las delicias de los asistentes.
Bajo el lema “Mi Isla soy”, pioneros de los seminternados Hermanos Saíz, Josué País García, Héctor Pérez Llorca, Manuel Alcolea, Abel Santamaría, Enrique Hart Dávalos, Antonio Sánchez Díaz y la escuela elemental de arte Leonardo Luberta, así como la comparsa Rayitos de Sol de la provincia de Artemisa derrocharon alegría y buen gusto en el siempre esperado paseo.
Acertado fue el uso de música infantil en toda el área del Rodeo, las ofertas gastronómicas por su parte también fueron variadas y acordes a la ocasión, en gran medida por el funcionamiento de los puestos estatales de empresas como Flora y Fauna, la heladería Coppelia y una representación de los mercados de Abel Santamaría y Micro 70, sin embargo el pronto agotamiento de los productos no logró equilibrar la balanza ante las ofertas de los “merolicos” a quienes muchos tuvieron que recurrir a pesar de los elevados precios.
Y no solo altos fueron los precios de las chucherías, los juguetes que se expenden en los catres tienen valores muy poco accesibles para un padre trabajador rondando algunos entre los 12 y 20 dólares, lo que para muchos se transforma en una pesadilla al no poder complacer a sus hijos ante la falta de opciones más económicas y de calidad.
De cualquier manera es importante reconocer el carácter dinamizador de este evento anual que convoca a la familia y es bien recibido por los más pequeños de casa, ávidos de propuestas coherentes con sus gustos e intereses.
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