“Llegar a mi colegio electoral y verlo tan lindo con canteros llenos de flores a la entrada, la imagen de Fidel, las fotos de los candidatos a Diputados del pueblo y la pancarta de los Comités de Defensa de la Revolución me recordó cuando era pionera y cuidaba las urnas, pertenecía al CDR infantil y a la patrulla Clic.
“El hecho de que nuestro colegio electoral número uno, de la circunscripción 40 del Poder Popular, de Sierra Caballos, funcione en un consultorio médico tiene su simbolismo porque es el lugar donde los médicos y enfermeras velan por la salud de la población sin que nada nos cueste y esa es una de las tantas conquistas de la Revolución.
“Tengo bien claro que ejercí el voto por mis sentimientos, no porque nadie me obligó, sino por lo mucho que quiero a Fidel que para mí sigue vivo, por mi compromiso como joven con la Patria y por mi familia, por la unión de los cubanos y por esta criaturita que tengo en el vientre y deseo tenga un futuro luminoso que solo una Cuba soberana me puede garantizar”. (Dunia González Fonseca, estudiante)
Día de alegría
“Este día ha sido muy alegre porque cuidar las urnas es como una fiesta, una ve a muchas personas que sonríen o nos besan después de saludar y decir: ¡Votó!
“Bien tempranito llegamos al colegio porque cambiaron la hora, y las muchachas de la mesa electoral mostraron la urna y estaba vacía, no había engaño. Tengo diez años y estudio en quinto grado en la escuela mixta Enrique Hart Dávalos, de Sierra Caballos. Siento orgullo de mi nombre porque creo que me lo pusieron en honor al legendario Comandante Camilo Cienfuegos y cada 28 de octubre con los pioneros de mi escuela le lanzamos al río muchas flores.
“No pude conocerlos ni a él ni a Fidel, aunque es como si estuvieran vivos. Siempre recordaré que tengo escuela y maestros, porque ellos lucharon en la Sierra Maestra y en las ciudades y junto al pueblo nos hicieron un país libre, donde todos somos iguales.
“Ya me veo cuando sea grande sentada en el lugar de las muchachas de la mesa electoral. Ellas también cuidaron las urnas cuando niñas”. (Camila Barsaga Ricardo, de la Organización de Pioneros José Martí)
Voto por el futuro
“Cuando era pionera muchas veces cuidé las urnas, sabía que llegaría el día en que me tocaría a mí depositar la boleta. Sentí alegría al ver la carita de las niñas del barrio, les sonreí y dijeron: ¡Votó!
“Ya tengo 16 años y por primera vez acabo de ejercer mi derecho y deber constitucionales como toda buena cubana.
“Otra razón poderosa por la que vine a este colegio número uno, de la circunscripción 40, en Sierra Caballos donde vivo, es por mi lindo niño Arian Torres Romero, que tiene dos meses de nacido, y me ha hecho ver la vida de una manera distinta, para él quiero lo mejor del mundo y lo cuidaré muy bien, más adelante pienso seguir estudiando, no he renunciado a mis sueños.
“Voté por Cuba, mi familia, mi hijo, la felicidad de todos y por el futuro”. (Talía Romero Naranjo, ama de casa)
